La adolescencia es una etapa en la que se producen profundas alteraciones hormonales que en la mayoría de los casos provocan cambios emocionales tan repentinos en los adolescentes que pueden convertirla  en una etapa difícil, tanto para ellos  como para sus familiares.

La adolescencia normalmente dura entre los 12 y los 19 años y a pesar de que no todas las adolescencias son iguales, los cambios físicos y psicológicos que se producen durante esta etapa son muy parecidos en todos los adolescentes y por lo tanto también lo son sus reacciones. Gracias a esto, existen una serie de recomendaciones que pueden ser aplicadas en la mayoría de los casos y que ayudarán no sólo a mejorar las relaciones familiares, sino también a contribuir positivamente en el desarrollo emocional y la formación de la identidad del adolescente.

• Tener mucha paciencia, esperanza y perseverancia con los límites establecidos.
• Aconsejarles en aquello que consideremos oportuno pero siempre habiendo escuchado con atención sus puntos de vista y entendiendo que ellos tienen que experimentar y aprender a través de su propia experiencia.
• No menospreciarles jamás, el respeto es fundamental.
• Valorar todo aquello positivo que hagan para que no tengan la sensación de que solo nos fijamos en lo negativo.
• Dialogar con ellos más que nunca, tanto para entenderles mejor como para ayudarles a que ellos mismos aprendan de sus propias experiencias y les podamos aportar las nuestras.
• Dar ejemplo con nuestros actos. Los adolescentes observan mucho a sus padres y sin darse cuenta muchas veces les imitan o hacen justo lo contrario que ellos. Es un buen momento para reflexionar si somos como nos gustaría que fueran nuestros hijos.
• Mostrar mucha coherencia y claridad, tanto en las palabras como en los actos. No se puede dar órdenes contradictorias o arbitrarias según nos convenga ni podemos dejarnos llevar por los nervios y ponernos a gritar.
• Aplazar las conversaciones y negociaciones si vemos que podemos perder los papeles o no nos vemos capaces de mostrar la actitud adecuada para el dialogo.
• Dejar muy claro el motivo de las prohibiciones en todo momento, intentando que los adolescentes entiendan nuestros motivos.

En el caso de que la situación sea especialmente complicada por la conducta del adolescente es recomendable consultar con un psicólogo. La educación de un adolescente pone a los padres a prueba y necesitan poder contrastar sus ideas con alguien que les ayude a encontrar otro punto de vista que alivie la situación.

Como psicóloga especialista en problemas familiares y adolescentes ofrezco asesoramiento psicológico a los padres a través de entrevistas en las que el adolescente normalmente no está presente, sólo entrevisto al adolescente cuando es  necesario y siempre sin la presencia de sus padres para que pueda hablar con total libertad.

En algunos casos también es necesario que el adolescente reciba un tratamiento de psicoterapia. Se trata de una serie de entrevistas en las que se establece un dialogo entre terapeuta y adolescente  sobre sus sentimientos y pensamientos. De este modo puede abrirse su mente a nuevas perspectivas ante situaciones que antes sentía cerradas y que le agobiaban. Es entonces cuando se producen cambios relacionales y sobre todo a nivel de personal que mejoran el concepto de sí mismo y su autoestima. Normalmente el adolescente acepta bien la psicoterapia porque se siente escuchado y puede expresar sus dudas y miedos. La psicoterapia también le ayuda sentirse aliviado de sus tensiones y poder descubrir puntos de vista diferentes de los que ya tenía.

Si creéis que necesitáis asesoramiento psicológico estaré encantada de atenderos y ayudaros a encontrar la mejor solución. Ahora también ofrezco sesiones a través de videollamada, en el siguiente enlace encontrareis mi perfil profesional y mi disponibilidad horaria y podréis reservar una sesión conmigo.
Esther Miralpeix